domingo, 2 de noviembre de 2008

Topspin y Slice: Los Efectos de la "Gran Nadal"

Luego de un par de días de forzada ausencia, volvemos a postear. Mientras lo hago escucho una canción medular del pop francés: "Ella, elle, la" de la grandiosa France Gall y digo: el que no baila con esto, no baila más. Tengo una enfermiza predilección por la música francesa y el hard-rock a la vez. Francoise Hardy y Deep Purple, Marie Laforet y Zeppelin, Carla Bruni y Lynyrd Skynyrd, Serge Gainsbourg y Cream, todos conviven en mí.

Digresión aparte, hay que decir algo del revuelo causado por la ficción publicada en este blog sobre Nadal y la realidad política. Ya otros blogs amigos como Derek Dice y Catanpeist han dedicado un generoso espacio al fenómeno de amplificación mediática que tuvo el posteo, recogido por medios periodísticos sin hacer ningún chequeo de fuentes y mostrando así que tan ficticia ( y parcial) es la realidad que construyen diariamente los medios. Quedaron en evidencia, una vez más.

Pero yo haría foco en otros aspectos. Luego de la difusión del artículo (un texto literario), en primera instancia la polémica giró en torno a la veracidad o no del texto: urgía saber si todo eso había sido efectivamente dicho o no, cuando en realidad lo importante era (y es) el contenido político de lo que allí se dice, más allá de quién lo diga.

La forma (una ficción) utilizada para vertir concretas reflexiones políticas sobre la actualidad política e histórica argentina y también, de la española.

Si el personaje que lo decía era éste u otro, sólo lo hacía a los efectos de fortalecer los elocuentes ribetes irónicos y humorísticos que moldearon el relato. Todavía me llama gente que se caga de risa cada vez que lo vuelve a leer. Risa y reflexión. Porque detrás de la estructura irónica se esconde una potenciada reflexión política.

Por esa razón hubo, entre quiénes creyeron en la veracidad de la obra, personas que se alegraron y emocionaron al leer el texto, y hubo otras que despotricaron y expresaron un visceral desacuerdo (antiperonista) ante "las palabras de Nadal". Y está bien que eso haya pasado, porque dice mucho de la realidad que emana del texto. Ingresé a foros dónde a partir del artículo se abrió una furibunda discusión sobre peronismo, sobre la política actual, y todo eso más allá de la ficción o realidad. No es éso lo que pone en juego este artículo, y se notó.

¿ Cómo explicar sino comentarios del estilo: " Yo no sé si esto lo dijo o no Nadal, lo que si está claro es que acá se dicen varias verdades sobre la política", o "ja, ja, ja Nadal la tiene clara", o "el texto es muy gracioso, pero no deja de decir algunas verdades", comentarios que levanté en numerosos foros argentinos e internacionales?

Los benditos límites entre realidad y ficción, puestos en permanente litigio por la literatura, el cine, y que a partir de esos experimentos formales, dispara la reflexión. Diría Orson Welles: el cine como imágenes que piensan. Lo mismo es aplicable a toda ficción: formas para pensar.      

Y con este artículo, muchos pensaron. Suficiente para mí.


Agradecimientos:

A Mauri K del blog Derek Dice, que supo la "realidad" desde el inicio, y con quién intercambiamos opiniones a lo largo del "conflicto".

A Sin Dioses y los muchachos de Catanpeist, por sus opiniones.

A Cecilia de Todos Unidos Triunfaremos.

A Polycarpo de Un Hombre no tan Triste, que levantó links y comentarios sobre el fénomeno.

A Jorgeda, que primero se lo comió, pero después se cagó de risa y me proclamó para dirigir La Nazión.

A El Ruso, que me postula para el "Orson Welles de Oro".

A Verboamerica, Nanolefou, Dha, Nalby, Ducka, a Alan de Tucumán (si podés mandáme un escaneo de la edición impresa del diario), a Francisco Paco Lesta, al Anónimo de La Plata y a todos los anónimos que agradecieron en los comentarios.


Agradecimientos apócrifos:

A Rafael Nadal, sin quién nada de esto hubiera sido posible.

A su manager, Benito Pérez Barbadillo, a quién le robamos preciosos minutos de su tiempo para que tenga que salir a desmentir esta barbaridad.

Al diario español El Mundo, que aclaró la falsedad de las declaraciones, pero no se privó de reproducir algunos párrafos textuales de la nota apócrifa y además colocar un subtítulo diciendo: 'La presidenta me parece una tía bien cojonuda'.

Al diario argentino Página/12, que hizo una referencia al fenómeno en su pirulo de tapa del día sábado 1 de noviembre de 2008, con el título "Nadal".

Avanza el peronismo bloguero, avanza.