lunes, 8 de agosto de 2011

Córdoba

Decía un político bonaerense hace unos días que la elección de Córdoba, si ganaba De la Sota, era importante para el peronismo. Creo que se refería a los ríos profundos en tránsito hacia el 2013 que el peronismo va a empezar a discutir mucho antes, y no necesariamente para definir una lejanía extrema como los candidatos del 2015. El reflejo singular de esa importancia es que De la Sota recibió un apoyo moral (porque los votos son propios) de todo el arco panperonista (Scioli, Duhalde, Reutemann, Cristina y el macrismo peronista) que hasta el momento no se había plasmado en los anticipos electorales. Resta saber si el Gallego cederá parte de los derechos de autor de la victoria a modo de gift electoral al gobierno nacional.

Provincialmente se consolida una hegemonía justicialista que irá para 16 años en una provincia adversa al peronismo por previos 16, justo cuando el debate porteñocentrista alude a un conformista “pasa que la ciudad es antiperonista, no hay nada que hacer”. De la Sota apostó a construir electorabilidad y hegemonía cuando todo era bonanza radical, y de acuerdo a la ambición renovadora, fijó un poder peronista en una tierra históricamente inhóspita a esa identidad política. Y casi como una creencia, nosotros le brindamos respeto a los tipos que armaron hegemonías, porque es lo más difícil de sostener en política. Cuando escuchamos frases estancas como “la clase media está en disputa” (ay, ese canto apeluchado de la sirena chachista), más conviene mirar la lógica acumulativa del armado frentista del peronismo cordobés que desbancó al radicalismo en 1999, donde la discusión peronismo-antiperonismo no tiene un lugar conducente a la hora de construir política y poder para gobernar. Si el PJ es el reemplazo democrático-popular del partido militar (entre muchas otras cosas, claro está), hay antinomias que hay que saber conducir con eficacia política. Porque hay que ganar. Menos Chacho y más Gallego.

Seguramente el 14 de agosto la historia se resuelva en otra secuencia, por eso Cristina levantó el tubito y congratuló a José Manuel. Paz y bilardismo hasta octubre, y en los ríos profundos…

Fotitos: la provincialización total de la campaña (DLS no habló nunca con medios nacionales, ni citó la coyuntura nacional) fue clave para extender los números; Juez está cerca de ser un cadáver político: a eso te condenan alianzas políticas improvisadas y hacer telepolítica frenética. El Gallego fue al cuerpo a cuerpo territorial con la gente, y los otros hablaban para estériles audiencias nacionales. Ah, y además ganó por esto.